Reseña de Máquinas como yo, última novela del autor británico Ian McEwan. En un Londres alternativo, Alan Turing sigue vivo y creó los primeros seres humanos sintéticos, Adán y Eva. Pensados para hacer compañía y ayudar en la casa, pero nos hacen pensar: ¿qué es en definitiva lo que nos hace humanos? ¿Dónde están los límites éticos de la inteligencia artificial?
Ficha técnica
- Título: Máquinas como yo
- Autor: Ian McEwan
- Editorial: Anagrama
- Páginas: 360
- ISBN: 9788433980465
- Temática: Narrativa contemporánea
Sobre el libro
Charlie es un joven antropólogo que vive solo en un modesto departamento en Londres, y está enamorado de Miranda, que habita el piso de arriba. Cuando comienza la novela, acaba de gastar todos sus ahorros en comprarse un Adán. Un ser humano artificial, que junto a unos pocos otros “Adanes” y “Evas” se venden para uso personal, como una fantástica innovación tecnológica y que podrá mejorar la vida de las personas. Cuando llega en una caja-camilla el apuesto Adán, Charlie y Miranda deberán cargarlo durante algunos días, con un cable que le sale del abdomen, y luego, siguiendo las instrucciones, programarle su personalidad. Así lo hacen, y un par de días después, Adán abre los ojos y … comienza a hablar. Es gentil, sabe de todo, lava los platos, sigue las ordenes dócilmente. Le van enseñando a interactuar con otras personas, hasta que ya sale a la calle y da paseos solo. Incluso, puesto a prueba, puede especular en el sistema financiero con la computadora, y hacerle ganar dinero a Charlie, quien tenía esa por su única actividad en el último tiempo.
La historia es primero tan disparatada que uno no sabe hacia dónde te lleva. Sin embargo, este gran escritor, va desenvolviendo la trama paso a paso, revelando el oscuro secreto de Miranda, que para salvar a una amiga de su adolescencia cometió un crimen y quedó impune, mientras un inocente pagó con la cárcel. Ahora este ha salido y la viene a buscar. Adán puede ayudar… está programado para ser perfectamente correcto, justo y respetuoso de la ley, pero no tiene la ambigüedad moral de los humanos. Además, parece que siente, que tiene conciencia… Y llegan las terribles dudas, junto al peligro y el poder de la máquina perfecta que es Adán.
El libro es, además, lo que se podría llamar una “pastopía”, una utopía que sucede en el pasado. Corren los años 80 y el mundo se parece a nuestra actualidad, con internet, celulares, redes sociales e inteligencia artificial. McEwan instala como causa de ese fenomenal y temprano desarrollo tecnológico al hecho de que Alan Turing, el matemático que decodificó el código nazi, no ha muerto. Su condición homosexual no lo llevó al suicidio, y siguió produciendo como el genio que era: sus descubrimientos están entonces, detrás de todo el avance tecnológico en el mundo. Además, en esa realidad “pastópica”, Inglaterra perdió la guerra de las Malvinas, gobierna Thatcher en decadencia, Carter ha sido reelegido, surge el líder popular Tony Benn (en lugar de “Blair”) en un clima de creciente descontento social.
Sin embargo, la lectura te va llevando con más interés e intriga por la historia de Charlie, Miranda y Adán, que por este contexto “pastópico”, que quizás no resulta bien entrelazado con el eje principal de la trama, salvo que Charlie es incondicional admirador de Turing y llega a conocerlo.
El libro está escrito maravillosamente, plagado de momentos de reflexión y descripción de las ambigüedades morales que reflejan la condición humana en forma magistral. Con el agregado de historias secundarias que se entrelazan con la trama central, como la de un niño que deciden salvar de una vida tóxica y dramática, la novela va sacando conejos de la galera hasta el final. Un McEwan más bizarro, algo experimental, sin duda fascinante.
Dónde conseguirlo
Sobre el autor
Ian McEwan nació en Aldershot, Reino Unido, en el año 1948. Es uno de los miembros más consolidados de su muy brillante generación y, desde luego, uno de los más destacados narradores contemporáneos. En Anagrama se han publicado sus dos libros de relatos, «Primer amor, últimos ritos» (Premio Somerset Maugham) y «Entre las sábanas», así como las novelas «El placer del viajero», «Niños en el tiempo» (Premio Whitbread y Premio Fémina), «En las nubes», «El inocente», «Los perros negros», «Amor perdurable», «Amsterdam» (Premio Booker), «Expiación» (que obtuvo, entre otros premios, el WH Smith Literary Award, el People´s Booker y el Commonwealth Eurasia), «Sábado» (Premio James Tait Black), «Chesil Beach», «Solar» (Premio Wodehouse) y «Operación Dulce».
Opinión
4.5/5