Una sombra en la oscuridad

Erika Foster está superando con mucha dificultad la muerte del amor de su vida, su compañero de ruta. La han transferido a Londres, donde busca superarse como inspectora de policía, y quizás lograr ese ascenso tan esperado. La oportunidad aparece con el primer caso de un asesino que trabaja de noche, entra por los jardines, no deja ningún rastro. En la escena del crimen, Erika es imbatible, mira cada detalle, deduce y avanza, paso a paso, intentando entender el plan del asesino, como un sabueso detrás de su presa. Pero el asesino no deja huellas digitales, y la investigación se empantana en calles sin salida. Su jefe le quita el apoyo, justo cuando ella más lo necesita. Se debe mover libremente, pero la frenan… Mientras seguimos a Erika, el relato pasa a la vida de una solitaria enfermera que cuida a una anciana, y nos damos cuenta que tiene una obsesión con ella, algo extraña. 

Por otra parte, somos testigos de un oscuro chat entre dos navegadores que sufren insomnio y que alimentan una relación virtual enfermiza, navegando por la internet profunda, esa red a la que nadie controla. 

Pero el tiempo que Erika demora, lo gana el asesino, y ya son dos las víctimas de su crueldad: usa el mismo método, pero los muertos no tienen nada en común: el primero era el médico de familia del barrio, el segundo un presentador de televisión de un programa de casos reales… Hay pistas de un crimen entre homosexuales, pero Erika no las cree, y está decidida a impedir que se desate una campaña homofóbica sin pruebas. 

Mientras el caso se va complicando, como lectores nos atrapa ese mundo interno de los procedimientos policiales, descritos fantásticamente, parece que estuviéramos allí, que fuéramos parte del equipo de Erika. A toda velocidad, vamos pasando capítulo tras capítulo, siguiendo las tres historias que transcurren velozmente en pocos días, que nos deparan giros de la trama inesperados y geniales. 

También sufrimos con la protagonista, que es lúcida y audaz, pero que quizás por eso mismo, es sistemáticamente rechazada dentro de la policía, donde una mujer aún no puede avanzar sin mostrarse complaciente y obediente. Algo que Erika no puede ser. Y como si fuera una película de acción, el final se va precipitando y cuando crees que ya descubriste todo, hay un momento más de zozobra, hasta la última página.