Promesa de sangre

El Mariscal de Campo Tamas cree fervientemente que el pueblo no debe ser silenciado, sino que debe tener una voz. Por eso decide derrocar al rey de Adro y darle la oportunidad al pueblo de tener una mejor calidad de vida.

Pero este golpe de Estado trae algunas consecuencias que nuestros personajes principales esperaban y otras que no se esperaban tanto. En primer lugar, cuando Tamas y su ejército se disponen a ver el libro de cuentas, notan que no hay más dinero, que el rey lo ha gastado todo, por lo tanto, no hay manera de darle de comer a la gente en plena crisis. En segundo lugar, sus vecinos de la ciudad de Kez quieren invadir el territorio para reclamar la soberanía que habían pactado con el rey derrocado. Y, por último, pero no menos importante, los Privilegiados – personas que a través de ciertos guantes, pueden usar magia poderosa– que protegían al rey antes de morir advirtieron a Tamas diciendo que “No se debe romper la Promesa de Kresimir”. ¿Qué quiere decir esto? Lo iremos descubriendo a lo largo de la historia.

Así comienza este libro lleno de acción, política, traición, magia y dioses metidos en el medio. La historia está narrada desde el punto de vista de tres personajes: Adamat, quién tiene el don de nunca olvidar nada y estará dedicado a investigar el significado de la Promesa de Kresimir; Tamas, el mago de la pólvora que llevará a cabo el golpe de Estado y Taniel, un Marcado, mago de la pólvora e hijo de Tamas, algo adicto a los efectos de la pólvora que lo ayudan a mejorar su habilidad con las armas de fuego. El hecho de que la narración haga este cambio de voces permite al lector tener una perspectiva completa y conectar todos los puntos para poder comprender lo que sucede.

La novela se desarrolla en un mundo ambientado en la revolución francesa, con tecnología y aspectos culturales típicos de la época, tales como armas de pólvora, periódicos, y por supuesto, la guillotina. Pero aquí aparece el ingrediente mágico que en fantasy no nos puede faltar. El mundo y el sistema de magia que nos regala Brian McClellan están muy bien creados lo que hace que el lector pueda disfrutar aún más de la obra.