Cuéntalo

Una habitación de motel, una navaja y mucha sangre. Estos tres elementos nos presentan la primera escena del libro, en la cual nos encontramos con un hombre muerto y una chica, Sharise, que se ducha para limpiarse la sangre mientras piensa cómo huir. Sin embargo, en medio de su fuga la atrapan y la encarcelan en una cárcel para hombres. –Pero si es una chica- dirás. Sí, una chica trans, y como no pudo operarse y tampoco cambiar su documentación en Estados Unidos, no permiten que vaya a una cárcel de mujeres poniéndola, de este modo, en grave peligro. ¿Ya comenzaste a sentir la injusticia? Esto apenas comienza.

Quien toma el caso de Sharise es Erin McCabe, una abogada trans que ha hecho la transición hace poco más de dos años y aún lucha con los efectos que esto le ha traído. No me refiero a nada médico, sino a que su hermano y su padre no le dirigen la palabra desde entonces. Los únicos que la han aceptado desde un inicio han sido su madre y su colega y mejor amigo, Duane. La inserción laboral tampoco ha sido nada sencilla.

A lo largo del libro iremos viviendo el caso judicial de Sharise y cómo este repercute en la vida muchas personas. Erin intentará probar, por todos los medios, que Sharise luchó en defensa propia, él iba a matarla porque es trans. El problema es que “la víctima” no era un hombre cualquiera, sino que era el hijo de un importante político en plena campaña electoral. ¿Hasta dónde puede llegar la corrupción para salvar una reputación podrida? La respuesta es lejos, lejísimos. Página a página iremos descubriendo la sucia verdad.

En el medio acompañaremos a Erin en su día a día, investigaremos el caso con ella y Duane, tendremos miedo con ella, nos darán ternura sus sobrinos, nos sentiremos tan extrañas cuando se encuentre a su ex como si fuera el nuestro. Nos dará bronca cuando la hagan perder el tiempo y sonreiremos en la cena de Navidad.

Un libro que lo tiene todo: una buena trama llena de intrigas y acción, pero también escenas que muestran la vida cotidiana de alguien transitando un cambio con todo lo que eso conlleva ¿cómo no empatizar con los cambios?