El último regalo

Milán, nuestro protagonista, es analfabeto debido a un accidente que tuvo de pequeño. Toda su vida, apenado por no poder leer, se las ingenió para ocultarle al mundo su deficiencia con las palabras escritas.

Al comienzo del libro, descubrimos que Milan se encuentra encarcelado por haber asesinado a una niña y que está siendo torturado por los secuaces de Zeus, el líder del lugar. Cuando este aparece, Milan aprovecha para contarle su historia de cómo terminó metido en ese embrollo a pesar de ser inocente:

Un día en la carretera, se topa con un auto en el cual aparentemente viajaba una familia, pero la niña en el asiento trasero le muestra por la ventanilla un papel pidiendo auxilio, Milan aún sin poder leer, nota por la expresión de la pequeña que algo no va bien, así que decide seguir al auto hasta que los ve bajar en una casa y cree que se equivocó y solo eran un matrimonio con su hija, así que se olvida del tema y vuelve a su vida normal. O eso creía él hasta que junto a Andra, su novia, deciden regresar a la casa para corroborar que todo está bien, una vez allí se dan cuenta que la casa está deshabitada. Milan recibe una  llamada del secuestrador de Zoe, la niña que había visto pidiendo ayuda desde el auto, y le pide dinero para liberarla, a pesar de que nuestro protagonista no conoce a la chica, pero las casualidades no existen.

Este thriller comienza con una escena súper fuerte de Milan en la cárcel, mi primer instinto fue corroborar que estuviera leyendo el libro correcto porque la sinopsis no coincidía, pero pronto descubrí que eso daba el pie a que el protagonista comenzara a relatar los hechos que lo llevaron a estar ahí.

El último regalo nos presenta una trama entretenida, ágil y repleta de sorpresas. A medida que la lectura avanza descubrimos que hay piezas que no encajan y que lo que está viviendo Milan es muy extraño. Esta novela juega con nuestras mentes hasta el último momento y recién al final podemos cuadrar todas las partes.