Huésped de una noche

Wylie es una escritora de true crime y luego de un pelea con su hijo decide terminar su último libro en una cabaña en los campos de Iowa, lejos de todos y de todo. 

Durante la noche, mientras Wylie trabaja acompañada de su perro Tas, a quien decide dejar salir por un momento a pesar de la tormenta, pero Tas no vuelve y Wylie decide salir a buscarlo. Ya habían caído varios centímetros de nieve y  la aguanieve transformaba el jardín en una pista de patinaje. Tas se encontraba cerca de la carretera, y estaba muy alterado, junto a él había un niño pequeño, solo, muerto de frío. Wylie se apresura en llevar al niño adentro ya que parece que está herido cuando se produce un apagón. Ahora se encuentra incomunicada, con poca leña para el fuego y la tormenta no parece que vaya a cesar pronto. 

Al mismo tiempo, la historia nos traslada a dos escenarios más. Por un lado, nos presentan a una madre y a su hija que viven aisladas del mundo. Por otro lado, viajamos muchos años en el pasado, a una calurosa noche de agosto. Dos niñas corren asustadas intentando escapar de unos disparos. Dos personas fueron asesinadas muy cerca, y ellas parecen ser las próximas, pero una de ellas logra esconderse en un maizal y escapar. Solo esperaba que su amiga también hubiera llegado. 

¿Cómo se relacionan estas tres historias? ¿Qué peso tienen los eventos del pasado con el presente? Todas estas incógnitas las iremos descubriendo a medida que avanza la historia. La autora hace un excelente trabajo intercalando las tres tramas con pequeñas pistas que nos ayudarán a entender lo que realmente está pasando. Todas las historias, a su manera, nos mantienen con las emociones a flor de piel y nos tendrán expectantes hasta el violento desenlace del final. 

Un thriller que sin duda disfrutarán los amantes del género y desearán leer más libros de esta autora.