Kit Darling trabaja en un servicio de limpieza, ocupándose de las casas de los ricos. Para ella, cada hogar es una oportunidad para alimentar su mayor obsesión: husmear en las vidas de sus empleadores. Cajones, computadoras, recibos, cajas fuertes… nada escapa a su curiosidad. Así es como descubre los secretos más oscuros de quienes la contratan, verdades que ellos creen bien escondidas. Lo curioso es que Kit no siente prejuicio, envidia ni sed de venganza hacia ellos; limpiar casas es simplemente su trabajo. Su única motivación es la fascinación por los secretos ajenos.

Sin embargo, cuando comienza a trabajar en la casa de Daisy y Jon, una pareja aparentemente perfecta, su curiosidad da un giro inesperado. A medida que descubre más sobre sus vidas, Kit se da cuenta de que está más conectada con ellos de lo que pensaba. Lo que comienza como una simple curiosidad se convierte en algo mucho más oscuro.

La detective Mallory Van Alst llega a la lujosa casa conocida como la Casa de Cristal y lo que ve al entrar es una escena tan sangrienta que no cabe duda de que allí hubo un ataque. Es imposible que la víctima esté viva, pero no hay ningún cuerpo, los propietarios no están y la chica de la limpieza ha desaparecido. El único testigo es una anciana senil que se despertó durante la noche y fue la última persona que vio a Kit Darling con vida.

La historia se desarrolla de manera no lineal. Tenemos capítulos narrados por Daisy y Jon días antes del crimen, otros por la detective Mal sobre la investigación y podemos conocer más sobre Kit a través de fragmentos en su diario. Este enfoque le da a la trama un tono tenso y oscuro, ya que como lectores, nos enfrentamos constantemente a la incertidumbre: no sabemos quién dice la verdad y quién miente.

Kit puede ser una figura inquietante, pero es imposible no sentir una extraña empatía por ella. Daisy, por su parte, no es la esposa perfecta que aparenta ser. Sus secretos son mucho más oscuros de lo que imaginamos, y, aunque distante, su personaje es igualmente fascinante.

El final, cargado de giros inesperados, deja una sensación inquietante y lleva todo a una conclusión explosiva que hará que el lector cuestione todo lo que creía saber sobre los personajes y sus motivaciones.